La semana pasada fui a una tienda para hacer que
imprimieran tres libretillas de talones que necesitamos para un
proyecto de una labor social. Era un jueves, me dijeron que tomaría
2 días, y entonces sucedió lo típico.
Fui el sábado a recogerlas y me dijeron que no
estaban listas, que volviera el lunes. Fui el martes, y tampoco
estaban listas, que volviera en media hora. Regresé después de una
hora, y tampoco las tenían. Me hicieron esperar 20 minutos más, y
me querían cobrar extra porque se habían equivocado, imprimiendo 3
libretas de 100 páginas, en lugar de 50 como yo les había pedido.
Creo que cualquiera que ha estado por aquí, sabe que
esto es algo muy normal: mañana no es mañana, un día no significa
un día, y que 5 minutos no significan 5 minutos. Y simplemente hay
que aceptarlo y tener paciencia. Me parece que esto es (hasta cierto
punto) aceptable en tiendas o pequeños servicios. Pero lo que me
cuesta mucho más trabajo de aceptar es con “profesionales”.
Aún entre “profesionales” hay gente que te dice,
“mañana contesto tu correo”, “llego en 10 minutos”, “mañana
te envío ese informe”, y un largo etcétera de “mañanas” y
“dentro de 5 minutos”, y frecuentemente, no cumplen: no contestan
el prometido correo, no envían el informe y ¡llegan media hora o
una hora más tarde de lo anunciado!
Lo peor es que ni siquiera te avisan que no van a
poder cumplir (suponiendo que tengan una buena razón para ello), y
te dejan esperando, hasta que tú les contactas para saber qué ha
sucedido. Entonces, lo que recibes es un “sorry” y que en “5
minutos” van a cumplir. Claro, muchas veces eso tampoco sucede.
No digo que esto no suceda en otras partes del mundo.
De hecho, recientemente me sucedió con alguien de cierto país
europeo. Pero desafortunadamente aquí es más frecuente, y hay que
armarse de paciencia, sonreír, y seguir recordando a la gente la
importancia de formalidad, puntualidad y compromiso.
¿Tienes alguna experiencia similar?